Las personas permisivas viven en la jaula de las obligaciones, sin libertad.
Viven sin amor propio, sin autorespeto, en la dimensión de "los debería".
Hacen todo para quedar bien con los demás.
Se comparan con el prójimo, siempre creen que el otro es mejor.
En el plano pareja se comparan con las/los ex, se envuelven en una situación obsesiva donde copian: la personalidad, la forma de hablar, los gustos, los intereses, los conocimientos...
Y bueno, todo esto está en la mente, nada es real.
Y toda esta narrativa a veces se da vuelta, y sucede que la otra persona al ver ese ser tan necesitado y disminuido, pierde su interés, es abandonado, por "otra" con más personalidad, más genuina, menos manipuladora.
Y ahí sobrevuela el pensamiento: de que dio todo, ha invertido tiempo, tal vez dinero, renuncias personales..., y cuando lo llevó a la cima, se fue con otra.
Y el asunto es que a nadie le gusta estar con alguien ¡tan necesitado!, estar con gente dependiente que viven la vida del otro, se transforman en el "dos en uno" (como los chicles). Todo ésto termina en depresión y el temor más grande hecho realidad, el abandono.
Y en el plano hijos, criar hijos sin límites, tiene sus grandes consecuencias, y el fin es el mismo, la soledad.
Sabelo.
(LPattydB)
