Las expectativas tienen un gran poder, cuando te dicen ese cliché: "que no te importe lo que piensen y digan los demás", o
"¿A quién le importa lo que yo haga?
¿A quién le importa lo que yo diga?
Yo soy así y así seguiré
Nunca cambiaré"...🎵🎶
No te lo creas, a todo el mundo le importa lo que piensen los demás: "no sólo hay que ser, sino parecerlo".
Es un hermoso deseo que nos hace sentir rebeldes y libres, dentro de una sociedad sumisa, tan dependiente de muchas cosas, e inmersa en el imperio de los sentidos de los adultos- niños del hoy.
Las expectativas, la mirada de los demás, tienen un gran poder que te impulsa a ser una buena persona.
Para un niño la mirada de mamá y papá es lo más importante, es lo que forja: la autoestima, el sentirnos valiosos.
En la adultez sigue ese hábito que nos hace sentir ¡tan bien! con nosotros mismos; y en lugar de mamá y papá están nuestras personas queridas y los demás, la aceptación de la tribu.
Entonces por más que leas carteles que digan: que no te importe lo que digan, ni lo que piensen los demás, ésto sólo queda en un hermoso deseo, en una utopía, en las tantas cosas que se dicen y no existen en el campo de la acción.
Cuando: "del dicho al hecho, que no haya trecho", bajaremos los niveles de hipocresía y dualidad. Trabajemos entonces en la realidad, y no tanto en la nube de los deseos.
(LPattydB)