Por eso muchos niños repiten, o no quieren ir a los centros de estudio.
Los niños no abandonan por burros, porque por menos agraciados que hubieran sido genéticamente, el aprendizaje y el trabajo intelectual revierte las diferencias, y hasta puede superar a uno que ha sido favorecido genéticamente con más inteligencia, o más creatividad, o más memoria.
Cuando hay motivación, se puede estudiar, y luego de adulto también estudiar y trabajar, hasta hoy, nadie se ha muerto por eso.
Sabelo.
(LPattydB).