DESTRUYE EL MITO DE SÍSIFO


Nunca me gustó viajar, pero luego de un paseo por Buenos Aires con mi hija, algo cambió en mi. Al salir de las estructuras: mi casa, trabajo, los amores del pasado, mis letras, de todo lo que tengo en el presente, me encontré conmigo misma, en un lugar donde no tenía ninguna conexión, donde nada es mío, todo es prestado, y nuevo.

Me reflejé en un espejo, vi la verdadera alegría que llevo dentro, y esa amorosa conexión con mi hija.

Con solo estar ahí, sin hacer nada que lo justifique, cayó el mito de Sísifo, entendí que no se necesita nada para sentir esa inmensidad que parece eterna. Que no se necesita un propósito, y ni un camino, en "el ser y el estar" ahí, está en ese misterio, la grandiosidad de la vida, que está sucediendo.


(LPattydB).

Las cartas que se llevó mi viento.

29 de junio del 2022